jueves, 18 de julio de 2013

2

Empezó un pequeño revuelo por la sala, yo intentaba buscar a Paola y al fin la encontré, estaba, como no, con un grupo de chicos.
-¿Ahora que pasa?
-Van a entregar el premio que es el motivo de la fiesta.
Asentí y miré hacia lo que se supone que era el escenario. Había dos hombres y una mujer, sostenían una medalla y como una plaquita de recuerdo. No me acordaba muy bien sobre que era, pero de repente empezó a subir las escaleras él. El chico misterioso que hace unos momentos estaba hablando conmigo. Me quede boqui-abierta, como para no. Comencé a sonreír mientras le miraba atentamente. El que hablaba dijo que se llamaba Javier. Observe como nuestras miradas se cruzaban y sonreía.
El acto duro apenas 10 minutos, luego me fui a tomar un poco el aire a uno de los balcones que había allí.
Las vistas eran inmejorables, eran unos jardines perfecta mente cuidados de donde emergían flores de colores vivaces. En el medio, había una fuente redonda, y en el medio de esta emergía un ángel con una trompeta de donde caía un chorro de agua cristalina.
-¿Ya sabes mi nombre?
Habló una voz desde detrás de mi. Una voz completa mente reconocible, Javier.
-Creo que no he echo mas el ridículo en mi vida.
Me gire y me quede observando le, aun llevaba la medalla colgada en el cuello.
-¿Ridículo por que?
-Pues porque yo no sabía de que era la fiesta y resulta que eres tu el galardonado.
Empezó a reírse y yo le mire, suspiré, un hombre con una mujer se acercó a el para darle la enhorabuena pero el seguía algo pendiente de mi. Cuando fui a entrar de nuevo al gran salón su mano agarro suavemente mi brazo y me gire.
-¿Que es lo que pasa?
-¿Huyes de mi?
-No, solo que estas ocupado y yo iba a por una copa.. -Sonreí amablemente mirándole- ¿Quieres una?
-Mejor voy yo, espera aquí.
-Como quieras...
Me apoye en la barandilla de color blanco brillante mirando alrededor, al edificio por fuera, recorriendo cada uno de los adornos de la pared. No tardo mucho en volver, pero volvió sin las copas.
-¿Y las bebidas?
Simplemente me agarro de la mano y me hizo bajar por las escaleras laterales que había en ese balcón. Comenzamos a andar por el jardín alejándonos de el lugar.
-¿Que pasa? ¿Donde vamos?
La verdad.. Estaba un poco asustada. Apenas conocía a ese hombre y me estaba llevando a un lugar alejado de la fiesta y estaba oscuro, era de noche.
-Ay gente que no tendría que estar en la fiesta..
-¿Que gente?
-Mejor que no lo sepas...
Creo que se dio cuenta de que estaba asustada así que paro de andar y me soltó la mano. Se sentó en un banco bastante iluminado y me senté a su lado, mirando sus gestos con bastante curiosidad.
-¿Estas bien? ¿Que hacemos aquí?
-Si.. Estoy bien, Enara. Puedes volver si quieres, siento haberte traído hasta aquí, entiendo que estés algo asustada, no pretendía hacerlo.
-¿Estas agobiado por la gente? Es normal.. hay muchísima gente.
No contesto nada, ni siquiera me miraba, solté un pequeño suspiro y le note algo mal así que le abrace tímidamente, pensé que era una buena idea.
-¿Por que me abrazas?- Me miro mientras me rodeaba el cuerpo con sus brazos.
-P..Pensé que lo necesitabas...
-Gracias.. - me dedico una sonrisa de lo mas seductora.
Empezó a refrescar un poco y el caballerosamente me puso su chaqueta por los hombros. Nos miramos y los dos sonreímos simultanea mente.
-¿Sabes? Espero verte mas veces.
Me quede bastante atontada con lo que me dijo. ¿En serio estaba pasando realmente? Creo que me sonrojé, no estoy muy segura.
-Bueno... Creo que tengo que irme a casa ya...
-¿Quieres que te acerque?
-No... no quiero molestarte, es tu fiesta...
-Insisto, además estoy mejor hablando contigo...

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