viernes, 12 de julio de 2013

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No sé como pero acabé accediendo a ir a esa dichosa fiesta. ¿Por que tantas ganas de que fuera con ella?  Pero si tiene un montón de amigas mejores que yo, pero bueno, ahora tenía que patearme toda la ciudad en busca de un vestido mediana mente decente adecuado a la ocasión pero que esté de rebajas por que lo que ahora no me podía permitir es gastarme tanto dinero en un simple vestido que luego seguramente no me pondría mas.
Me acompañó ella, mi dichosa amiga que me no sé como consiguió convencerme. Encontré un vestido maravilloso, era de color marrón clarito, con perlas en la cintura adornando. Era de tirantes pero Paola me dijo que era muy triste que buscase otro de color mas vivo. Entonces, rebuscando entre un sin fin de prendas en oferta y perchas tiradas por el suelo vi uno que me asusté de lo barato y precioso que era a la vez. Era azul desde abajo hacia arriba se aclaraba a blanco, era largo y solo tenía un tirante donde había una florecilla. 
Perfecto.
Miré el precio y luego me lo probé. Quedaba demasiado bien, no me lo creía que me quedara tan bien, fuese barato y tan bonito. Creo que la suerte empezaba a cambiarme. Me le compre sin pensármelo dos veces y Paola y yo fuimos a tomar algo en una terraza. Al rato volvimos al apartamento donde vivíamos las dos juntas y mas tarde comenzamos a prepararnos. Me puse el vestido, saque los tacones blancos y comencé a peinarme. Me hice un moño un poco desecho y puse una flor azul a juego con el vestido, me maquille mientras me peleaba por las sombras de ojos con Paola y al fin acabe. Prepare el bolso de mano y me senté en la cama esperando a que la petarda de mi compañera de piso acabara. Paola iba de Turquesa, un vestido corto y de palabra de honor, el pelo se le ondulo y ,como no, llevaba tacones. Un coche enviado por el anfitrión de la fiesta vino a recogernos y nos metimos. En pocos minutos llegamos al lugar donde se celebraba. El lugar era como un teatro pero a lo bestia, aquello era de unas proporciones inimaginables. No podía dejar de mirar alrededor asombrada mientras Paola tiraba de mi. Cogimos una copa y empezó a presentarme a chicos. 
La verdad es que era una fiesta de lo mas inimaginable.                   
-Este es Daniel
-Hola- Me dio dos besos y yo le correspondí.
-Encantada yo soy Enara
-¿Enara? Que nombre más raro.
Solté una pequeña carcajada.
-No sabes cuanta gente me dice eso nada mas conocerme, significa golondrina, es vasco.
El se reía conmigo.
-Pues es muy original y precioso, como tú.
Mire a Paola y empecé a sonrojarme, luego di un sorbo a mi copa y le mire, le sonreí amable y susurre un gracias muy tímido.
Fuimos a hablar con otro grupo de gente, Paola parecía que se lo pasaba muy bien la verdad, pero yo me sentía completa mente fuera de lugar. Así que vi que había bufet y me dirigí allí avisando antes a Paola. Ahí vi a un chico que me estaba mirando, no sé porque pero no deje de mirarle. 
Se acercó a mi y me sonrió. Dios, que sonrisa mas perfecta. 
-Hola.. ¿Hola?- Repitió varias veces.
Sacudí la cabeza y le miré a los ojos. 
-Esto.. perdón, hola.
-No te preocupes, ¿Estas sola?
-Oh no, estoy con una amiga que.. - la busque con la mirada- Está por aquí -solté una tímida carcajada.
Asintió con la cabeza y me ofreció un plato.
-Y bueno... ¿Como te llamas chica solitaria?
Cogí el plato y mire la comida, cogí poca cosa y le mire.
-No estoy solitaria, solo que estoy en una fiesta donde no conozco a nadie ni sé como he llegado a acceder a venir. Ni si quiera se por que es esta fiesta. Me llamo Enara.
Miró alrededor y luego me miró
-Tengo que irme a hacer unas cosas, te busco luego. 
Y se fue. Mi cara creo que fue todo un poema en cuanto le vi irse.
¿Que luego me buscaba? Seguro que no lo haría.

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